Un nuevo estudio dirigido por BirdLife International señala algunos de los sitios más importantes para los pingüinos en aguas antárticas, lo que agrega peso a la propuesta de establecer una red de Áreas Marinas Protegidas.
Hace poco más de doscientos años, los exploradores vieron la Antártida por primera vez. Desde entonces, el número de personas y actividades siguió aumentando en la Antártida y sus aguas circundantes. Empresas como la investigación, el turismo y la pesca suscitaron preocupación por los impactos de la contaminación, la intrusión humana y las perturbaciones.
Una de las mayores preocupaciones es la sobreexplotación de krill, ya que es una fuente de alimento clave para muchas especies de la fauna antártica.
Para abordar estos desafíos, se diseñó una red de grandes Áreas Marinas Protegidas (AMP), capaz de sustentar muchas poblaciones importantes de vida silvestre antártica en el Océano Austral. Sin embargo, a pesar de casi una década de negociaciones, la mayoría de estas AMP aún no se probaron formalmente, ya que dos de los 26 estados miembros responsables de la gestión de las aguas antárticas argumentan que no se proporcionaron pruebas suficientes.
Afortunadamente, se acaba de publicar nueva evidencia vital. En un nuevo estudio colaborativo dirigido por BirdLife International, con el apoyo clave del British Antarctic Survey, los investigadores identificaron algunos de los sitios más importantes en el mar para un grupo icónico de vida silvestre antártica: los pingüinos.
Estas notables aves son uno de los pocos animales en la Antártida que se extienden tanto por tierra como por mar, conectando estos dos hábitats muy diferentes a lo largo de sus vidas.
El documento reveló que si se aprobara la red propuesta de AMP, el área de hábitat de pingüinos de alta calidad bajo protección permanente aumentaría entre un 49% y un 100%, dependiendo de la especie.
Los investigadores, además, encontraron que, aunque la pesquería de krill antártico redujo sus zonas de pesca durante los últimos 50 años, todavía captura una cantidad desproporcionada de krill en importantes zonas de alimentación de pingüinos.
Dado que estos pequeños crustáceos parecidos a camarones son una fuente de alimento vital para muchos pingüinos, estos resultados agregan un peso significativo a la propuesta de AMP, lo que respalda la información encontrada en estudios anteriores.
Más allá de la red de AMPs, el estudio también ofrece una guía más amplia sobre dónde deben actuar los tomadores de decisiones para ayudar a la vida silvestre antártica a sobrellevar las incertidumbres del cambio climático.
Pero, ¿cómo llevaron a cabo los científicos su investigación en un paisaje tan árido y duro? Encontrar áreas importantes para los pingüinos en el mar requiere dos cosas principales: saber cuántas aves hay y adónde van. Hasta hace poco, una hazaña tan grande hubiera sido imposible.
Afortunadamente, la exploración de BirdLife International en constante expansión de la Antártida, combinada con los avances recientes en imágenes satelitales y tecnología de drones, permitió determinar aproximadamente cuántas aves habitan en diferentes colonias de reproducción en todo el continente.
Por ejemplo, una investigación reciente de la Universidad de Stony Brook utilizó drones para evaluar la población de pingüinos en varias áreas inaccesibles de la Antártida.
A partir de estos datos, el equipo descubrió que la población de Pingüinos de Barbijo que se reproducen en la Isla Elefante en las islas Shetland del Sur había disminuido en más del 50% en los últimos años, mientras que las poblaciones de pingüino papúa Pygoscelis habían aumentado. Esta información condujo a una nueva estimación de la población mundial de Pingüinos de Barbijo.
El siguiente paso está a la vuelta de la esquina. Cada año, 25 países, junto con la Unión Europea, envían delegaciones a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), el organismo responsable de la gestión del medio marino de la Antártida.
El objetivo de la CCRVMA es conservar la vida marina antártica y, al mismo tiempo, permitir la pesca y el uso de recursos sostenibles. La Antártida y las aguas que la rodean presentan una oportunidad clave para implementar soluciones de mejores prácticas que ayuden a las empresas y la biodiversidad a coexistir.
En las próximas reuniones, el Programa Marino BirdLife, con el apoyo del British Antarctic Survey y un equipo de científicos de siete países, proporcionará evidencia adicional que respalde las AMP propuestas.
Dada la determinación que la CCRVMA ya demostró en cuestiones de conservación marina, este año tienen una oportunidad sin precedentes para designar algunas de las AMP más grandes del mundo, salvaguardando un ecosistema único y conectado globalmente.
Las nuevas AMP propuestas (en color rosa) complementarían las ya adoptadas (en color verde).
Texto: Damián Fanelli
Fuente: Prensa BirdLife International, se puede ver el texto original en inglés aquí.
Fotos crédito: © Christian Aslund y © Heather Lynch
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