Desde septiembre, la elefanta asiática trasladada de Buenos Aires a Mato Grosso do Sul, presenta disminución del apetito, problemas gastrointestinales no diagnosticados con anterioridad.
A partir de mediados de septiembre, los cuidadores del Santuario de Elefantes de Brasil notaron que Mara se estaba volviendo más exigente con el apetito y no comía parte del heno que le ofrecían. Para ese período del año, todavía era muy caluroso y seco en esa región del país vecino, y no había césped nuevo para que pudiera pastar.
"Pensamos que tal vez la disminución del apetito de Mara se debía solo a que hacía mucho calor (la temporada más calurosa y seca hasta la fecha), y no estaba acostumbrada a este clima, que a veces es muy diferente al clima que tuvo en Argentina", explica una publicación en las redes sociales de Global Sanctuary for Elephants.
A fines de septiembre, Mara comenzó a mostrar signos ocasionales de malestar abdominal y a no sentirse bien, además de una disminución y un apetito más exigente.
Most of our Mara health updates have been brief: references to her decreased appetite, undiagnosed gastrointestinal (GI)...
Publicado por Global Sanctuary for Elephants en Jueves, 10 de diciembre de 2020
"Mantenía la boca abierta durante un par de segundos, lo que puede ser un signo de dolor abdominal en los elefantes y, a veces, se paraba con las piernas cruzadas (que también puede ser un comportamiento completamente normal)", agrega el texto.
"Algunos días tenía muy poca energía y no se movía mucho mientras el sol era intenso; en cambio, se quedaría junto al estanque. Un poco más tarde, su apetito quisquilloso se transformó en que no tenía interés en su grano y le gustaban algunos alimentos en una toma y no en la siguiente", detalla el comunicado.
Algunas posibles causas de que un elefante no coma bien de esta manera, según explica la publicación, puede deberse a: cólicos / dolor abdominal, infección, problemas dentales, problemas metabólicos, cáncer, úlceras.
"Algunas de estas causas han sido descartadas, algunas estamos usando un tratamiento adecuado, mientras que otras simplemente no son posibles de diagnosticar", admiten desde el Santuario de Elefantes de Brasil.
Los elefantes y los caballos son muy similares en la anatomía de su tracto gastrointestinal (GI) y con enfermedades comunes. Las úlceras gastrointestinales (GI) son un problema muy común en los caballos y presumiblemente en los elefantes, pero no son un problema comúnmente diagnosticado. Las ballenas y delfines cautivos también contraen úlceras.
"Los caballos con úlceras muestran disminución del apetito y quisquillosos -caída de comida- y dolor abdominal e irritabilidad -también hemos notado que Mara es menos tolerante con Rana y Bambi, dos de sus compañeras- y pérdida de masa muscular/peso", explican los cuidadores.
"Debido a sus signos de dolor abdominal, le administramos una inyección de un medicamento antiinflamatorio con efectos antiespasmódicos en el intestino, que mejoró su apetito y cualquier signo de malestar muy rápidamente. Esto se ha repetido para ayudarla con su malestar y disminución del apetito", revela el texto en las redes sociales.
Inicialmente, el medicamento le proporcionó alivio del dolor y un rápido retorno de la disminución del apetito durante varios días. Recientemente, sus efectos comenzaron a durar solo un par de días y la mejora de su apetito no fue tan sustancial.
"Con base en la posibilidad significativa de una úlcera gastrointestinal (GI), comenzamos con los medicamentos apropiados, pero no fue fácil lograr que Mara tomara uno de ellos inicialmente. Lo probamos nosotros mismos y es muy amargo. Se ofrecía en todo, desde jugo de fruta congelado hasta sándwiches de gelatina, masa para pasteles y avena", aseguran desde el SEB.
"Inicialmente lo tomaría un día en algo, pero luego lo rechazaría al día siguiente. Ella sospecha mucho de su comida y la inspeccionará y la romperá si puede oler algún rastro de medicina. El veterinario holístico local recomendó agua ozonizada, algunos remedios homeopáticos y otros aceites esenciales. También iniciamos la acupuntura con láser", agrega el detalle de la publicación.
"Otro medicamento gastrointestinal se agregó un par de semanas después, cuando Mara continuó mostrando episodios de malestar abdominal cada 5-7 días. Este medicamento la trató como si fuera un caramelo, y con mucho gusto lo tomó con su nariz y se lo metió en la boca", describe el texto.
"Entró en un horario regular de tomar todos sus medicamentos durante semanas, pero recientemente dejó de aceptar cualquier tratamiento oral casi por completo y ahora sospecha aún más de todo lo que le ofrecemos", confiesan los cuidadores.
"Esta semana, Mara comenzó a mostrar signos adicionales de malestar. La hemos visto volver a estereotipos (tambalearse) como lo hizo en Buenos Aires. Esto había desaparecido rápidamente después de que ella llegó al santuario, hasta ahora. No es frecuente ni a lo largo del día, pero es algo que no hemos visto durante su tiempo aquí", recuerdan desde el Santuario de Elefantes.
La dificultad con Mara es que todavía no hay un diagnóstico oficial de la causa de su falta de apetito quisquilloso. "Es difícil no saber exactamente qué está pasando con Mara, pero estamos tratando de asegurarnos de controlar su malestar con los medicamentos y se acaba de agregar un nuevo medicamento para el dolor a su régimen", explican desde Mato Grosso do Sul.
Debido a su renuencia a aceptar cualquier cosa por vía oral, sus tratamientos / medicamentos también son más limitados ahora, y los inyectables se usan con mayor frecuencia, lo que tolera con relativa facilidad, pero generalmente son seguidos por su característico chirrido.
"Continuaremos con sus tratamientos médicos tradicionales y no tradicionales. Continuamos ofreciendo a Mara comidas frecuentes de una amplia variedad de alimentos, incluidos alimentos vivos (caña de azúcar, bambú, hojas de plátano y ramas de otros árboles). Y lo más importante, ella continúa pasando su tiempo con Rana, pasando tiempo en la cerca retumbando con Bambi, y aún aventurándose para disfrutar del espacio que ofrece el santuario", cierra el texto de la publicación.
Texto: Damián Fanelli
Fuente y fotos: Global Sanctuary for Elephants y Santuario de Elefantes de Brasil
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