Una sequía puede complicar aún más la gestión de la crisis de la COVID-19. La sequía tiene un impacto directo sobre dos elementos clave para enfrentar las enfermedades infecciosas: higiene y alimentación.
Recordemos que el proceso de sequía está causado principalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.
Aunque estamos en tiempos difíciles no podemos olvidar estos problemos e instamos a los países a que aborden este desafío de manera integral para gestionar mejor este riesgo.
Fuente: UNESCO
Crédito: © Shutterstock//Piyaset
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